Brasil, un grande entre pequeños

Brasil es el motor económico de Suramérica. Se estima que a partir del inicio de la crisis mundial, las medidas que aplicó Brasil ya le costaron al Estado millones de dólares, destinados en gran medida a sostener los bancos brasileños y a financiar a los exportadores. El presidente (Luis Ignacio Lula Da Silva), dice que Brasil saldrá airoso de la crisis porque la industria sigue produciendo, el comercio continua operando y los puestos de trabajo están garantizados y la economía está muy diversificada.
El presidente aposto también fuertemente a un aumento de la inversión en obras prioritarias, garantizó que las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) no se van a interrumpir, apuntando con esto a que no haya desempleo. Las medidas puntuales apuntan a fomentar el consumo, y valiéndose de acuerdos políticos con los sectores industriales, el Estado otorga facilidades a la producción, en términos de reducción de impuestos, a cambio de que las empresas mantengan el nivel de empleo.
A diferencia de la gran depresión que sufrió al inicio de la crisis, donde su economía sufrió una gran depresión y tuvo que declararse en números rojos, Brasil está recuperando, a velocidad de crucero, el terreno perdido. Igualmente, varios expertos coinciden, que lo peor de la tormenta financiera ya ha pasado.
El Gobierno es optimista y opina que Brasil crecerá el año que viene un 4%.

Aquí van las propuestas…


Países de Europa del Este, Latinoamérica y Asia han visto desplomarse sus Bolsas, sus bonos y sus divisas. Algunos han tenido que pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que otros, como México o Brasil, intervienen para defender sus monedas.
Las dificultades por las que pasan varios países para sostener la cotización de sus monedas ha devuelto cierto protagonismo al FMI, cuya actividad fue casi nula en el 2007. Ahora el Fondo pone a prueba su nuevo credo: menos condiciones a los receptores de los préstamos y más facilidades para devolverlos.
En colaboración con el Fondo Monetario Internacional, los Organismos de las Naciones Unidas, los bancos regionales de desarrollo y otras entidades, el Grupo del Banco Mundial está ayudando a los gobiernos y al sector privado a través de préstamos, inversiones de capital, nuevos instrumentos innovadores y programas de protección social.
Según un nuevo análisis del Banco Mundial sobre políticas, para lograr un sistema financiero más sólido también se deberá contar con sistemas eficaces para el registro de las garantías y la exigencia del cumplimiento de las normas, sistemas de pago y liquidación adecuados, y estructuras de gobierno institucional bien diseñadas. En conclusión, se está intentando que la economía mundial salga adelante, a través de la ayuda económica, y política mundial.
La necesidad de reactivar el financiamiento al sector real de la economía tras la contracción del crédito puede llevar a varios países a mejorar la función de los bancos de desarrollo y el uso de líneas de crédito dirigidas y planes de garantía de créditos, así como también, a participar en las decisiones sobre asignación de recursos de los bancos recientemente nacionalizados, y así tener (como países emergentes) mayor protagonismo en el “juego” de la economía mundial actual. Esta proyección depende de las circunstancias de cada país en particular.
Algunos países en desarrollo, entre ellos México, han convertido las crisis en oportunidades, al eliminar subsidios ineficientes y reemplazarlos por programas de protección social más eficientes.

¿Y nosotros?


En cuanto a los países emergentes y en desarrollo, lo que se cree es que deberían tener una voz superior, ya que éstos deben tener una mayor participación a la hora de tomar una decisión en relación a las medidas para enfrentar la peor crisis en 80 años.
La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Lourdes Aranda, dijo que: “el presidente (Felipe Calderón - México) indudablemente ha presentado como una posición fundamental el que los países emergentes tengan un mayor peso en la toma de decisión a nivel de los organismos financieros internacionales”.
Pero, ¿que pasa en realidad?, países que intentan progresar están teniendo serios problemas, por diversas razones. Una de estas es que, las grandes economías emergentes afrontan la retirada masiva de capitales de inversores que necesitan dólares para cubrir sus devaluadas posiciones en los mercados de valores y deuda de los países avanzados. Las perspectivas de una recesión en las economías industrializadas han provocado una fuerte caída del precio de las materias primas, claves en la balanza comercial y financiera de buena parte de los emergentes.

¿En donde estamos parados?

La economía mundial ha cambiado ha cambiado drásticamente desde septiembre del 2008, lo que comenzó en Estados Unidos, se ha convertido ahora en una crisis mundial, que se extiende a las economías tanto ricas como pobres. Muchos creen también que ésta puede pasar a la historia como la peor crisis desde la Gran Depresión de los años treinta. Como en crisis anteriores, ésta afectará en mayor medida a los más pobres. Muchos Estados, que ya se encuentran en dificultades, se verán en la necesidad de vender sus bienes, como la ganadería o el petróleo, para sobrevivir. Podría aumentar la desnutrición en los niños y el abandono de los estudios en todos sus niveles, en edades tempranas. También uno de los principales factores de todo esto es la restricción del crédito; no se trata solamente de la falta de demanda de productos, sino que hay también un gran déficit de financiamiento para el comercio. Esto quiere decir que no hay capital que sustente el comercio, tanto en las grandes empresas, como en los pequeños y medianos productores.
Esta crisis, está impulsando una reevaluación de ciertos principios y prácticas en la formulación de las políticas financieras, y podrían producirse cambios importantes en la estructura y supervisión de los sistemas financieros de todo el mundo. Muchos autores consideran que no se trata de una verdadera crisis, sino que más bien es una oportunidad de crecer y tener nuevas ideas.
Reconocemos a la presente crisis financiera como un fenómeno sin procedentes cuyos efectos se reflejan en todos los países, independientemente de su tamaño aunque tal vez con más incidencia negativa en aquellos con economías menos diversificadas, con mayor grado de dependencia de Estados Unidos y Europa y con menos autonomía política-económica para emprender reformas sustanciales en su propio territorio. Este es el caso de los países emergentes, que si bien intentan progresar, sus economías todavía están sujetas (por lo menos en parte) a economías de países desarrollados.
Siendo esta crisis un fenómeno sin procedentes, es difícil buscar en el pasado una fórmula para resolverla. Los fenómenos a los que estamos asistiendo a partir del derrumbe financiero de Estados Unidos nos instalan en una situación problemática nueva para cuya cura no hay recetas probadas. De todas maneras, esta no es la primera vez que hacemos frente a una recesión mundial. Y, en general, hemos salido adelante, a pesar de nuestras economías no tan fuertemente establecidas.

Introducción

Los países emergentes son países en vías de desarrollo en los cuales la economía comienza a mejorar. Es un concepto que se utiliza en el contexto de la economía y las finanzas públicas, muy amplio, aparecido a finales de los años ’80 para designar a los países en desarrollo que crecen a un ritmo muy superior al del resto del mundo. Además suelen tener unos costos salariales bajos, industrialización reciente, creciente apertura al exterior, sistema de libre mercado y de libertad de empresa que apuesta por la iniciativa empresarial, desarrollo de capital humano, avance tecnológico, obtención de alguna materia prima escasa como petróleo y altos márgenes de beneficio.

Una mirada al futuro

Está pronosticado que el aumento en la población del mundo provocará en el 2030 una crisis global con escasez de alimentos, energía y agua, donde la demanda de recursos creará una crisis con graves consecuencias mundiales.

A medida que la población alcance los 8.300 millones, la demanda de alimentos y energía aumentará 50% y la de agua dulce 30%. Esto provocará migraciones masivas en las áreas más afectadas e incluso conflictos civiles. Y el cambio climático intensificará los problemas de maneras impredecibles. Lo más probable es que en países mas desarrollados haya aumentos en los precios de los alimentos y la energía. Pero los que se verán más afectados serán los países más pobres.

América Latina sufre

Un informe elaborado por el Banco Mundial y presentado a mediados de mes por su vicepresidenta para América Latina y el Caribe, Pamela Cox, dice que los países latinoamericanos, a pesar de que sólo emiten el 6% de los gases de efecto invernadero, sufrirán las peores consecuencias del cambio climático. Cerca de 77 millones de personas de la región tendrán problemas para acceder al agua en el año 2020, debido entre otras cosas, al deshielo de los glaciares andinos (que podrían desaparecer en una década) de los que dependen numerosas comunidades y ciudades. La falta de agua potable y las altas temperaturas aumentarán la presencia de enfermedades tropicales como la malaria o el dengue (como actualmente se puede ver en la realidad). También habrá un incremento de las catástrofes naturales y el aumento del nivel del mar provocará enormes problemas en ciudades costeras.

Los bosques tropicales latinoamericanos podrían disminuir hasta un 80 por ciento Así como los arrecifes de coral en el Caribe y se prevé la desaparición de varias especies y daños irreparables a la biodiversidad y la economía agrícola.

Lo curioso es que es el propio banco quien está contribuyendo a financiar el desastre. De acuerdo al seguimiento que realiza el Bank Information Center (BIC) de Washington "el financiamiento suministrado por la rama del sector privado del Banco, la Corporación Financiera Internacional (CFI), para proyectos de combustibles fósiles se incrementó un 165 por ciento durante el año fiscal 2008, comparado con un aumento del nueve por ciento para proyectos de energía renovable. Si lo consideramos como un todo, el Grupo del Banco Mundial incrementó sus préstamos relacionados con combustibles fósiles un 60 por ciento durante el mismo período". Según el informe del BIC este año la CFI aprobó un préstamo por $450 millones para una nueva central eléctrica en la India occidental la cual se convertirá en uno de los 50 emprendimientos de mayores emisores de gases de efecto invernadero de todo el mundo. A lo largo de 2008, el financiamiento total del Grupo del Banco para proyectos de combustibles fósiles se estima que ha rondado los $2.300 millones.

La Amazonia en Brasil.

La crisis mundial está afectando a todos los países. A veces el simple miedo a la crisis, genera que las personas intenten buscar soluciones rápidas y, a veces equivocadas. Uno de estos riesgos es el caso de Brasil.
La tala en la Amazonia, un bosque húmedo en el norte de Brasil, aumentó a fines del año 2007 luego de tres años de disminución. Esto llevó al gobierno a intensificar medidas de control, con lo cual logró disminuir la deforestación.
El gobierno de Noruega ofreció una contribución de 1.000 millones de dólares hasta 2015 para el Fondo Amazonia, creado con el fin de captar contribuciones internacionales para la protección del bosque
El presidente del país mencionado pidió prestar más atención a los recursos naturales del país en los actuales tiempos de crisis para evitar su devastación.

Para más información:

http://sine-die.blogspot.com/2008/11/la-crisis-financiera-mundial-afectar-el.html



¡Hay que seguir adelante!

La crisis financiera internacional y la baja de los precios del petróleo han hecho temer por la continuidad de las políticas de mitigación del cambio climático. Algunos analistas sostienen que la incertidumbre económica generada por la crisis actual del sistema financiero global inducirá a las empresas a postergar inversiones o medidas de reducción de gases de efecto invernadero. Por otra parte la baja de los precios del petróleo vuelve a amenazar la competitividad de las fuentes de energía alternativa como la solar, la eólica o los biocombustibles.

Pero, muchas organizaciones y gobiernos han puesto énfasis en que el tema seguirá adelante, con todas las propuestas ya propuestas a nivel mundial: investigación de fuentes renovables y limpias de energía, restringir el uso de productos que contaminen, porcentaje de plata a favor de la ecología y la educación de la población en el tema, etc.

Esto es de suma importancia para nuestro planeta, y es de suma importancia que estas actividades continúen su rumbo. Mas aún si son escasas, y muy poca contribución a mejorar el medio ambiente en comparación de la cantidad de contaminación existente.


¿Hasta donde me ocupo yo?

Todos vivimos en el mundo, y por lo tanto, todos debemos ocuparnos de él e interesarnos por “su salud”. Ya no nos podemos guiar por fronteras o por delimitaciones entre Estados. Ya no tiene sentido la gran batalla política para zanjar los niveles de cumplimiento de la legalidad internacional, sobre lo cual hay quienes pretenden quedar exonerados o amparados subsidiariamente en los generosos límites de su soberanía territorial, para huir de principios que limiten, maticen o supongan injerencia alguna en su política energética. Debe ser un trabajo a nivel planetario donde el objetivo de los esfuerzos sea una convivencia del hombre y la naturaleza en interés mutuo. Por todo ello, tanto la ONU como la propia UE debieran reconducirse decididamente hacia el logro de la justicia, la paz y la sostenibilidad en el sistema internacional. Es imprescindible que ambas instituciones se sobrepongan a sus debilidades y dejen de ser instrumentos políticos pasivos sometidos, casi siempre, a la lógica de la globalización económica y a los viejos principios políticos nacidos. Como ningún país puede tomar sólo en sus manos los problemas climáticos, hace falta una “solidaridad global”.

Vender, vender y vender…

El sistema capitalista comenzó con la Segunda Revolución Industrial. A partir de allí, no hizo más que crecer y crecer, impulsado por un grupo de personas delimitadas que se beneficiaban con el sistema. El objetivo principal fue y actualmente es el de producir más productos, en menos tiempo, con menos mano de obra y lo más barato posible para así venderlo más caro, y en consecuencia tener más ganancia. Luego de la crisis del petróleo en 1973, la economía mundial hizo un quiebre, que afecto a todos. Sin embargo, lo que estaba roto se recompuso, y con mucha fuerza, nació el capitalismo financiero neoliberal. Este “nuevo” capitalismo toma como base la globalización como medio para expandirse hasta todos los rincones del planeta. Este nuevo sistema, basado en la especulación y la libre oferta y demanda en el mercado, prospero por casi cuarenta años. Si bien ahora los mecanismos son distintos, el objetivo del sistema capitalista sigue siendo el mismo: producir más y cada vez más, para así poseer más ganancia. Existía también la ideología que la tierra estaba al servicio del hombre, y que este debía explotarla con el fin de lograr lo que deseaba. Se consideraba que los recursos naturales eran algo así como “inacabables”, por el hecho que la tecnología y la ciencia habían avanzado tanto, que muchos recursos o productos podrían llegar a ser fabricados artificialmente.

Con esta idea en la ideología mundial, y con el capitalismo a cuestas, el planeta sufrió múltiples problemas. La contaminación, en todo el amplio sentido de la palabra, fue creciendo alarmantemente, hasta un punto que el mundo no pudo cerrar más los ojos a los problemas ambientales y a sus consecuencias. Sin embargo, el sistema neoliberal triunfaba en los negocios, y siguió con su política de explotar y explotar al máximo los recursos naturales. Algunas pocas medidas fueron tomadas por algunos gobiernos, como la investigación de nuevas fuentes renovables de energía, en respuesta a la crítica situación.

En este contexto ambiental llega la crisis financiera mundial. El sistema capitalista cayó, y quizás sea la mejor oportunidad que tengamos de modificar nuestra realidad actual. Quizás seamos capaces de formar un nuevo esquema de valores que ponga al ambiente y al ser humano en el centro de las decisiones económicas, y así darle un respiro al planeta de tanta contaminación

Introducción

La crisis Financiera a repercutido fuertemente en los países emergentes al igual que en el resto del mundo, desencadenando una serie de otras crisis sociales, económicas y ambientales, afectando principalmente el empleo, la salud, los alimentos y la escasez de recursos.

No han de importarnos las barreras fronterizas que rodean las interacciones del medio ambiente, pues éste desborda nuestros límites territoriales de forma estremecedora y nos recuerda la ineficacia de nuestras variadas fórmulas de prevención sobre daños en la atmósfera, en el suelo, en las aguas o en los mares. La cuestión se agrava en estos medios, donde nuestro margen de actuación en lucha con los elementos deja bien clara la desigual pelea que el hombre se ha empeñado en emprender contra la naturaleza durante siglos.

Estos cambios importantes que está teniendo la tierra, no han sabido ser interpretados por el hombre. Puede ser que este sea un mal necesario para que el hombre reaccione que sin tierra no hay vida y se de cuenta que la solución a todas las crisis está en el medio ambiente.

Tema 3

¿Le conviene a los países de América Latina pedirle fondos o créditos al Fondo Monetario Internacional?

Tema 2

¿Cuáles son las estrategias para convatir los efectos del cambio climático y lograr un acuerdo para el cuidado del medio ambiente?

Tema 1

¿Cuál es el rol de los paises emergentes en esta crisis mundial?

Sobre este blog...


Este blog esta destinado al análisis de la Crisis Financiera Mundial... con el fin de entender y a la vez de ser críticos de lo que esta ocurriendo en el mundo. Vivimos en un mundo globalizado, y como paises emergentes, formamos parte de él... y lo que pasa a nivel mundial nos influye a todos... Interesemosnos!

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