Brasil es el motor económico de Suramérica. Se estima que a partir del inicio de la crisis mundial, las medidas que aplicó Brasil ya le costaron al Estado millones de dólares, destinados en gran medida a sostener los bancos brasileños y a financiar a los exportadores. El presidente (Luis Ignacio Lula Da Silva), dice que Brasil saldrá airoso de la crisis porque la industria sigue produciendo, el comercio continua operando y los puestos de trabajo están garantizados y la economía está muy diversificada.
El presidente aposto también fuertemente a un aumento de la inversión en obras prioritarias, garantizó que las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) no se van a interrumpir, apuntando con esto a que no haya desempleo. Las medidas puntuales apuntan a fomentar el consumo, y valiéndose de acuerdos políticos con los sectores industriales, el Estado otorga facilidades a la producción, en términos de reducción de impuestos, a cambio de que las empresas mantengan el nivel de empleo.
A diferencia de la gran depresión que sufrió al inicio de la crisis, donde su economía sufrió una gran depresión y tuvo que declararse en números rojos, Brasil está recuperando, a velocidad de crucero, el terreno perdido. Igualmente, varios expertos coinciden, que lo peor de la tormenta financiera ya ha pasado.
El Gobierno es optimista y opina que Brasil crecerá el año que viene un 4%.
El presidente aposto también fuertemente a un aumento de la inversión en obras prioritarias, garantizó que las obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) no se van a interrumpir, apuntando con esto a que no haya desempleo. Las medidas puntuales apuntan a fomentar el consumo, y valiéndose de acuerdos políticos con los sectores industriales, el Estado otorga facilidades a la producción, en términos de reducción de impuestos, a cambio de que las empresas mantengan el nivel de empleo.
A diferencia de la gran depresión que sufrió al inicio de la crisis, donde su economía sufrió una gran depresión y tuvo que declararse en números rojos, Brasil está recuperando, a velocidad de crucero, el terreno perdido. Igualmente, varios expertos coinciden, que lo peor de la tormenta financiera ya ha pasado.
El Gobierno es optimista y opina que Brasil crecerá el año que viene un 4%.
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